Dolor agudo de la herida abierta
hay en el dorado pardo de la tierra.
Recuerdo el pozo cegado y la noria
llena de nidos de pájaros, árbol
de hojalata detenido en el tiempo:
Mi dolor, menos sangre que rocío,
tenue se derrama por sus canjilones
en añorada ausencia; parece
que Dios haya cerrado la ventana.
Mi memoria hilvana puntos
que quedaron en sombras,
olor a moho en el desván del tiempo.
Marinero sin barco me extravío:
mezclo al muerto con el vivo,
el que jugaba ayer y hoy yace en el olvido.
Los recuerdos prenden como leños
en el fuego, tizones ardientes.
En Valdelabade, donde, en invierno,
el viento deambula aterido,
buscábamos nidos y bellotas,
siluetas reconocibles en las nubes.
En las encinas prendía fuego el ocaso
y las torcaces dejaban rastros de crepúsculo.
Quisiera decir tanto que mi ansiedad
atropella lo que digo en cenicientas sombras.
Los recuerdos son como troncos de olivo retorcidos, dan vida a memorias olvidadas y a historias vividas en el ayer del poeta. Gran poema, amigo. Un saludo.
Hay tanto pensamiento que quisiéramos seguir avanzando sin importar las circunstancias, sin el miedo que nos silencie, sin amilanarnos a lo que conlleva la palabra.
Gracias, María. Me alegra que te guste. Compartimos muchas cosas y una vida de experiencias. Yo también me identifico con muchos de tus poemas y me gustaría haberlos escrito yo Abrazo, amiga
Gracias por apreciar estos poemas de Garabatos, María. Son emociones, viviencias de mi niñez y adolescencia ya lejanísimas. Valdelabade es un valle entre encinas en mi pueblo. Aparece en varios de mis poemas. Creo que es un apócope de valle del abad. En mi infancia y adolescencia era un lugar especial. Estoy seguro que tienes poemas parecidos sobre los paisajes de tu adolescencia que me encantaría leer. Abrazo
Sí que los tengo, algunos los he publicado aquí y en el viejo Poémame.
Otros poemas y prosa poética, por su extensión, no los publiqué.
Los agrupo en la serie " El Rincón de mi Memoria". Todos sobre la etapa de la infancia en el pueblo de Higuera de Vargas, un pueblecito entre sierras y dehesas del suroeste extremeño donde nací y viví hasta los 14 años en que nos fuimos a Badajoz.
Buscaré alguno de los publicados y te mando el enlace, amigo.
Son muy sencillos, vivencias y recuerdos de esa etapa donde fui tan feliz con mi familia, a pesar de las carencias de aquellos tiempos difíciles de los sesenta…
Abrazos!
Esa zona de Extremadura es preciosa. Tu y yo vivimos una infancia parecida, de pueblo, que tristemente pocos niños tienen ya. Y nos marcó. Mándame el link, mee encantará leer alguno de esos poemas. Gracias, María