“Levantaos, hermanas.
Desnudaos la túnica.
Dad al viento el cabello.
Requemaos la carne
con el fuego y la escarcha
de los días violentos
y las noches hostiles
aguzadas de enigmas.
No os quedéis en el margen…”
(“Exhortación impertinente a mis hermanas poetisas”. Ángela Figuera Aymerich. 1950)
…
A las poetas olvidadas, represaliadas,
silenciadas, precursoras en tiempos difíciles…
con sus letras tratando de sobrevivir entre la mala hierba
de un campo seco y árido de espigas ajenas,
con la lengua cercenada en el mutismo de unos versos.
Envueltas en la niebla y cubiertas
con el manto negro que vistió la posguerra,
desvanecidas en la nada…no salen en la foto
cual flores rojas, opacas e invisibles,
ignoradas por las antologías
y vetadas por el academicismo
de ateneos y parnasos masculinos.
Caminando, apartando los duros guijarros
que hieren sus manos, con la cara al viento,
aferradas a una pluma que forcejea,
que se rebela y declama las ausencias
y los silencios de mujer desnudando la palabra.
…
Que nunca se acalle su voz y su grito…
No se puede olvidar…lo que duele un olvido.
Día de la Mujer. Marzo 2024
(A todas las poetas españolas olvidadas, silenciadas, represaliadas, exiliadas…durante la posguerra en la primera mitad del siglo XX. Algunas formaron parte de las generaciones del 27 y de los 50 junto a los hombres poetas. Una dedicatoria especial a Ángela Figuera Aymerich, a la que admiro profundamente).
Foto atribuida a Pepín Bello: Poetas de la Generación del 27 en el Homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla…ninguna mujer.
Fuente: Diario de Sevilla.