Les contaron que otro mundo mejor era posible,
un mundo donde el único rey se llamaba justicia.
Y acudieron en masa a proclamarse
súbditos obedientes.
Y, tal vez porque un cuello doblado
por siglos de opresión y tiranía
termina por doler,
reclamaron con prisas excesivas
el derecho a mirar a los demás
de frente y a los ojos.
O quizás no supieron comprender
en toda su sintaxis
la razón de la palabra libertad,
puede que por la falta de costumbre.
Y tiraron por la calle de enmedio
y abrazaron la fe que no tenían
para romper con rabia las cadenas
de siglos de miseria…
Y en cuestión de segundos comprendieron
que ya no era posible el retroceso.
Y tal vez porque el hambre nunca espera
o quizás por exceso de confianza,
no midieron las fuerzas.
Y antes de tan siquiera saborear
las mieles del triunfo,
sintieron en sus carnes de nuevo la derrota.
Y regresó la triste oscuridad de los vencidos.
Y de nuevo inclinaron la cabeza
ante el imperio de la cruz y la espada.
Ante los que pactaban con un dios a medida
el ficticio lavado de sus sucias conciencias
una vez por semana, en misa de domingo.
Los mismos que impusieron todavía
cuarenta años más de opresión y miseria
a esta tierra baldía de libertad,
a esta triste, sufrida y enfrentada nación.
Oh, amigo! Esa novela de nuestra paisana, me desgarra el corazón con la impotencia y la pena, y la rabia también… He llorado leyéndola, con un nudo en la garganta. Una historia cruda, injusta y descarnada de la posguerra, como tantas que fueron… Vi también la película después de leerla y también lloré, era también bastante fiel a la novela.
Tu magnífico poema remueve todo eso y ese título conlleva tantas cosas!!
Así era, tal cual. Yo no lo viví en esos años, pero me lo contaron en casa y algo que quedaba todavía en mi infancia. A mi hija se la recomendé y también la leyó.
Hace dos años creo, hicimos un reto para el día del Libro y yo le hice un poema a esa novela precisamente, creo que lo leíste.
Hay que recordar, para no olvidar, para que no se repita!
Abrazos, Joaquín!
Esta mañana me vino a la cabeza no sé por qué, la película y el relato de Manuel Rivas, “La lengua de las mariposas”, me vino la imagen última del maestro republicano, Fernán Gómez, cuando se lo llevaron en el camión y la reacción de su alumno protagonista…otra historia de esa época que me hace un nudo en la garganta…como la de las “trece rosas”…
Así es María, una novela que llega con su mensaje al fondo del alma. Son tantas las injusticias que narra que al leerla te das cuenta de lo terrible que fueron todos esos años para aquellos que tuvieron la desgracia de nacer en ellos y de vivirlos en el bando perdedor. Yo tampoco los viví enteramente, pero en mi casa primero y en la vida después, fui interesándome por todo ello. También he visto la película y, aunque está bien hecha, no me impresionó tanto como el libro.
En cuanto a tu poema, no recuerdo haberlo leído . Si puedes me pasas el enlace o ya lo busco yo en tu historial si es posible tal cosa.
Y por supuesto, hay que recordar para no olvidar y, sobre todo, para, en la medida de lo posible, resarcir al menos con algo de justicia a todos los represialados por el terror y la sinrazón. Sin eso, va a ser muy difícil la convivencia en este país nuestro, incluso para las generaciones venideras.
Un abrazo.
Sí, otra historia terrible que también me impresionó, esta vez la película de José Luis Cuerda (el relato no lo he leído). Son tantas las historias publicadas y no publicadas (la mayoría) de esa época nefasta que si salieran todas a la luz creo que los jóvenes de ahora (y los no tan jóvenes) aprenderían a mirar con otros ojos la historia de este país, la verdadera historia, no la que nos contaron a nosotros en la escuela franquista.
El libro siempre supera a la versión cinematográfica.
Te doy toda la razón, hay que reparar las injusticias en lo medida de lo posible y por lo menos, se ha dado otro paso con la reciente ley de la Memoria Democrática.
Te envío el enlace a mi poema: Poniendo voz a los silencios
gracias por tu poema. Es una posición personal ,creo que la memoria de los vencidos, de los maltratados por la vida y la historia es una obligación para los poetas, cantarla, darle voz.
Uff que buena lectura, cuánta verdad cruda, cuánto sufrimiento, cuánta injusticia, cuánto dolor retratan tus versos, han transcurrido más de 80 años desde aquel fatídico 1936 y todavía hoy se dejan sentir sus huellas, poco a poco se hacen progresos, esperemos un reconocimiento pleno y de justicia para todos esos héroes conocidos y desconocidos que lucharon por mantener una república con igualdad de derechos y libertades, la triste realidad es que la historia la escribieron y la inculcaron los vencedores.
Uff!!! daría para hablar largo y tendido sobre el tema, gracias por traerlo a la memoria, aunque duela y escueza!!!
Gracias a ti, José Antonio por pasarte y comentar. Es una obligación para los poetas y para toda la gente sensible a las injusticias. Si se queda en el olvido, corremos el riesgo de que la historia se repita.
Saludos.
Cierto,daría para hablar largo y tendido,mucho más de todo lo que se ha hablado,que no ha sido poco, pero nunca suficiente. Creo que sin un reconocimiento pleno a todos aquellos luchadores por una República, por unas ideas, este país nunca será una única y verdadera nación, en todo caso dos y enfrentadas de por vida.
Muchas gracias por tus palabras, Minada y mis disculpas por la tardanza en contestar.
Saludos.
Todos hemos oído en casa historias de esa época y casi todas terribles y que producían en nosotros una gran tristeza. Gracias por tu empatía y eso, que ojalá esté cerca el momento de la reparación de todas las injusticias cometidas. Sería lo mejor para este país nuestro.
Saludos cordiales.