Apareció anoche un suspiro
que despertó la mañana,
unos brazos firmes de luciérnagas
rodeando el cuerpo;
y saltaban caricias,
miradas sonrisa,
suaves toques de cariño;
y se creó un hogar de la nada,
un rostro amable cobró vida
y no dejó de mirarme;
su mano aún no ha soltado la mía.
Gracias, mi Walla, esa mano es la de mi padre. Hice la foto cuando ya tenía Alzheimer y me cogió la mano desde el asiento delantero del coche, y no soltaba, hice la foto para no olvidar que su mano nunca me suelta. Y aunque ya no sepa quién soy, me sigue abrazando y no me suela la mano. !! Ese es mi mayor regalo!
Lo imaginé, bonita.
Sé muy bien lo que estás pasando.
Viví eso mismo con mi madre y te comprendo muy bien.
Te mando un beso y toda la fuerza posible.
Mira, te adjunto un poema que escribimos María y yo. Va dedicado a mi madre, a tu padre, a tantas personas queridas que se pierden en su propia mente a causa del Alzheimer.
Ojalá te guste.
Acaban de caérseme muchas lágrimas de aprecio, muchas gracias a ti y a María, de corazón !! Lo echo mucho de menos y lo voy a echar mucho más de menos cuando no esté! Gracias por compartirlo conmigo