Grítame la distancia de tu silencio hasta mi boca.
Respírame en tu lenguaje el sonido inclinado de un instante.
Lugar donde vistes
la lenta metamorfosis
de todas las golondrinas
hasta un ya
en tus lágrimas de viento y cenizas.
Hallo en ellos, en tus ojos de mariposa
lo heroico de un verso en un sol de papel.
Un ayo zahorí de largas trenzas merodeando tu memoria,
Circunvalando el verbo líquido de tu desnudez
hasta tu alma virgen de espejuelos y cavilaciones de tierra.
Eres ese nido donde guardas fechas y vasos, atriles y un otoño.
La canción de tus arcos y flores olvidadas en tu vientre
me son de opio…
Y soy un febrero escribiendo en tus manos
las banderas de un poema que volverá…
«Bajo el árbol solitario del pasado
cuántas veces nos ponemos a soñar,
todos vuelven por la ruta del recuerdo,
solo el tiempo del amor no vuelve más»
Cesar Miró
No tengo la menor duda de que este poema, volverá. Saludos.