En medio de mi silencio
hay susurros;
oigo voces que gritan
mi nombre
y me piden clemencia.
Yo quiero borrarlas
de mi mente,
escribo, sigo escribiendo
hasta que la última letra
sucumba sus palabras.
El insomnio llegó sin avisar
y yo le abrí la puerta;
dejé que me abrazara
hasta calmar mi sed,
pero el desasosiego
es como un piano
que no deja de tocar.
Vientos de madrugada
están en mis oídos
y yo sigo escribiendo
este turbio poema
sin punto final.
2do poema de la serie: El Diablo de los Poemas.
El primero de la serie: