Y viajé hasta ti,
una vez más
como tú me sueñas
y yo me despierto,
sin hospedaje
en tu boca,
desamparados
en la profundidad
de una lejanía,
haciéndonos cómplices
de un mismo suicidio
Y así,
mientras tú callas
yo enmudezco
custodiando
bajo estas máscaras
la tragedia de un olvido
Alarido que entumece
y nos desangra,
ola tras ola
encallándose
por entre las venas,
como silencios
gestados
a través del tiempo
sin palabras,
sin ninguna palabra
que entorpezca
ese vacío
que tu vistes
y yo, yo llevo puesto
Un poema de desamor velado, en el que a pesar de la convivencia, cada uno sigue un camino distinto. Lo has plasmado en versos de manera magistral. Un gran poema, Ana. Saludos.
Juntos…en una misma lejanía…sin palabras que decir.
Me recordó a uno mío que publiqué en el antiguo Poémame con el mismo tema, amiga.
Hermoso y desolador…
Un viaje precedido por la incógnita; La lectura desde lo predictivo no se da en el poema sin palabras, se da la sorpresa, lo imprevisto y lo perturbador fuera del misterio (no existe el misterio aquí) todo es revelado en códigos sublimes, que uno descubre a través de la emoción en la trayecto por los versos. —Aplausos.
Muchas gracias amiga, siempre quedará con el tiempo un bonito recuerdo pero hay que pasar primeramente por ese doloroso trance del silencio, la extrañeza y el vacío!!! Un fuerte abrazo!!!