Mi voz…
sin salida,
rendida,
adormecida,
quedó vacía
de letras.
Seca y muda,
cual temblor
de la rama
que lucha
contra las ráfagas
de otoño.
Sola y perdida.
Sin eco alguno,
se deshace
en el agua
como un papel
en blanco.
Diluida…
falsa nieve
abatida,
derrama
su mutismo
estático
como ave
que no vuela,
vencida
en su canto.
Apenas un latido,
callado grito
abortado.
Tan sólo…
un hilo fino
(vital,
escuálido
y rebelde)
permanece
horadando la piedra
del silencio,
trascendiendo
impasible,
los espacios de mi aliento…
apenas inaudible.
La energía va y viene; a veces hay que vaciarse para que lleguen nuevas y reconfortantes olas, pero esto tiene la poesía que es una pomada -si quieres un acomodo- para vacíos y también plenos. Esa lírica no puede ser otra cosa que una sed de tanta belleza que nos queda por beber.
Un abrazo y buen finde paisana.
La voz , como seña de identidad, se va apagando como la vida misma, hasta su mínima expresión, como ese hilo de agua en el caño de la fuente.
Hermoso poema e imagen se acompañan entre sí.
Un buen fin de semana María.
Una joyita lírica tu poema. Una brillante metáfora que, a través de la voz, nos habla de la levedad del yo y de su carácter perecedero frente a la enormidad del cosmos.
La voz no es la palabra, ni el habla en si, sino una extensión de la cadena significante , según Lacan “la voz es un objeto que surge cuando se rompe el significante para asignarle un lugar al sujeto”; para mi es el músculo vibrando por efecto del sentimiento a causa de un deseo.
«Tu voz se adentró en mi ser y la tengo presa
tu voz que es tañer de campanas, al morir la tarde
tu voz que es gemir de violines en las madrugadas.
Es el divino poder que tienes para enternecer» Ramón Cabrera.
Aplausos Linda María.
!Hermosamente lírico! a veces queremos gritar pero la voz simplemente se pierde pero como lo escribiste… “permanece horadando la piedra”… !Hermoso, mi admirada poetisa !
Una extraordinaria composición que nos habla de ese yo interior y como este se va apagando y como la voz pelea por seguir gritando …
Maravilloso Maria
"Tan sólo…
un hilo fino
(vital,
escuálido
y rebelde)
permanece
horadando la piedra
del silencio,
trascendiendo,
impasible,
los espacios de mi aliento…
apenas inaudible.
Que no se seque nunca el manantial del decir y la palabra…
Gracias, amigo! He estado atareada con otras cosas y no te contesté…
Abrazo gordo para nuestra Extremadura, ahora estará contenta con estas aguas de octubre.
Tienes razón…con tanto escrito y algunas circunstancias, observo que ya no encuentro qué decir…y cómo hacerlo.
Muchas gracias, José Antonio! Fuerte abrazo!
Bienvenida mi querida María, es un gusto leerte nuevamente. Y esta frase tan significativa como todo tu maravilloso poema. Esa frase encierra el deseo y la esperanza por no sucumbir en el total silencio que es la muerte misma o que puede ser; esa rebeldía es esa esperanza, es esa lucha entre la vida y la muerte y mientras haya vida hay esperanza, aunque la luz casi que este agotada, y aunque estemos deshechos y/o en ruinas, aun hay esa pequeña fuerza que nos anima a seguir y/o como el ave Fénix a resurgir. Que tu voz siempre ilumine con el cantar de tus rimas por siempre con la fuerza y luz de tu esencia con el halo real y existente de por ejemplo Sor Juan Inés de la Cruz. Un abrazo de oso.
Cuando la voz no quiere seguir adelante, se mantiene viva la mente y los recuerdos, que son como tesoros que se convirtieron en palabras y el presente que es un cuadro que se pinta ante nuestros ojos y que con materializarlo en nuestro interior a veces puede ser suficiente.
Cuando el manantial de la palabra atraviesa la sequía, el espíritu del poeta permanece firme como un faro en la tormenta.