Los desiertos y sus misterios. Sus paisajes fascinantes y sus doradas arenas.Unos versos cenicientos. Mágicos versos.
A veces hay que cruzar desiertos para encontrarnos de nuevo con la vida y no perderse en el camino. Tu llamada a que…
es un mensaje revitalizador. Hermoso poema amiga
Eres mágica describiendo ambientes. paisajes. mezclados con la dulzura que exhalan tus versos.
Pura maravilla!
Salve, poeta!
Muchas gracias, amigo! Siempre me alegra que te gusten mis poemas.
(Yo soy siempre mi crítica más feroz…)
Un abrazo fuerte, poeta!
Gracias, Ludico! Me alegra encontrarte entre mis versos!
Un abrazo hasta Argentina,!
Un placer es leerte a ti, mi querida poeta!
Gracias y un beso grande!!
Muchas gracias, Carmen! Sólo te diré que me encanta recibirte en mi rincón…mi querida amiga y poeta de tanto tiempo y tantos poemas compartidos…
Abrazos, fuertes guapa!!
Gracias por leerlos, José. Nos quedan muchos desiertos que pisar…
Abrazos, amigo!
Siempre tiene que estar la vida por detrás, de ahí…las rosas…
Un abrazo fuerte, amigo!
Salve, poeta! Tus paisajes interiores hay que recorrerlos, son muy hermosos, Carmen!
Fotógraafa de paisajes y del alma!
Esa eres tú, María.
Plantemos rosas rojas y versos también, oh bella María…¡Qué preciosidad!
Ay, María. Qué cosa tan bonita.
Uno de los momentos más bonitos de mi vida fue durante un viaje a Marruecos que hice con mi familia. Una noche, en el desierto del Sáhara, permanecimos a la luz de las estrellas con Said, un bereber que nos contó secretos de las arenas y las ganas que tenía de conocer cada rincón del mundo.
Su economía no se lo permitía, pero él viajaba con su mente y le añadía una magia especial, aprovechaba cada conversación con los turistas que allí acampábamos para atravesar una ventana al universo. Decía que se aprende de todo y todos los días. Aquella quietud, aquella paz, me hizo ver el desierto de otra manera. No como algo inerte, sino como algo verdaderamente extraordinario. Como turista, me sentí tan pequeña como esos granos de arena.
Gracias por transportarme de nuevo allí, querida María
Qué envidia me das! (de la sana…eh)en serio, es uno de mis sueños, conocer el Sáhara…y pasar una noche allí bajo las estrellas, en esa inmensidad…tiene que ser fascinante!!
Gracias, me encantan tus comentarios, siempre tienes algo bonito para compartir y este es precioso!!
Un beso grande, Jana!!
Todo es posible, y todo llega. Cuando estés allí y toques esa arena naranja, suave, te sentirás en un rincón de quietud.
Besitos
Para mí…sería una experiencia maravillosa!!!
A mí se me coló un gato en la jaima (UN GATO), jajajaja.
Ahhhh!! jajajaja
Y se rompió la magia!!! Y…vamos a ver…qué hacía un gato en el desierto???
Nooo, la magia no se rompió, jajaj. Fue una acécdota. Yo tenía miedo por las serpientes, así que dormía con un ojo abierto. Sonó ruido y un ronroneo, desperté a mi hermana y… ALLÍ ESTABA. Supongo que iría con los bereberes, no tengo ni idea.
Fue todo surrealista. Esa noche acabamos cantando “La Macarena” en una hoguera, entre timbales y turbantes (pa verlo, vamos). Y enseñé a decir “oveja” a un bereber que casi se muere de la risa al oirme pronunciarlo (yo morí ahogada porque fue imposible decir nada en su idioma, se me hizo la lengua un nudo )
Batallitas, María. Batallitas
Que hermoso paisaje del silencioso pero creciente desierto en los ardientes versos de tu lindo poema!
Abrazos afectuosos, María!