Bajar por las calles empedradas que buscan al mar, es uno de los mejores placeres de los días de estío. Caminar al lado de las blancas paredes engalanadas con verjas de hierro forjado que te transportan al pasado.
Ya no notas el paso de las horas, solo percibes tu respiración calmada al contacto de las piedras de ese camino que te dirige con deleite hacia el azul del Mediterráneo.
Precioso haibun, Delia!! Una delicia esa imagen que has sabido transmitir tan bien con hermosas palabras y un bello hokku.
Besitos, amiga! Me alegra leerte de nuevo.
Me encantan los pueblos con sus calles empedradas.
Has hecho de tu Haibun una linda descripción de este lugar que te transporta al pasado de tus recuerdos.
Bello y melancólico!
Abrazos cariñosos, Delia!