Una belleza de poema bañada en melancolía… como esa tarde que está lejos del mar… como esa sensación de lejanía que inunda como las olas… Precioso, querida amiga!
Cautiva de un atardecer melancólico que lamenta la lejanía del mar. De sus olas, su brisa y sus gaviotas. Su tristeza se enreda entre tus manos vacías. ¡Bello tu poema, querida María! Abrazos cariñosos
Yo también necesito su fresca brisa. Demasiado tiempo ya! Y no se sabe cuándo podremos salir. Confinados en el municipio…
Gracias, amigo. Otra vez echaba de menos tus poemas, eres como el Guadiana… Abrazos!
Ahh un@ se deja llevar por el oleaje desolado de tus olas, de tus versos, como si el mar nos expulsará de su abrazo, tristemente como la lejanía de la vida en estos tiempos revueltos y penosos que vivimos!!!
Sabes insinuar muy bien esa venenosidad jaspeante del mar vespérico… aguas teñidas de colores falsos con increíbles visos de realidad. Hermoso poema e igualmente, hermoso cuadro.
Estás muy suelta… pareciera que estás tomando mucho café negro je, je, je —yo me suelto cuando me encafeizo de esa negra sangre—.