TXOPO
16 Enero, 2021 19:42
1
Por las calles del olvido
se perdieron los encuentros,
entre adoquines de niebla
y farolas apagadas,
en las que anidan los sueños
que nos llegan y se van
con las alas del recuerdo.
Se perdieron los padres…
sus sonrisas perennes,
los cuentos a media luz,
su sostén invisible
que se hacía lucero
con el perfume del alba
y el refugio del sol…
Se perdieron los hijos…
aunque vivan otras vidas
allegadas o extrañas,
por aceras distintas
en paredes aledañas…
Se perdió aquel amor…
que soñábamos eterno,
en primaveras profusas
de promesas y requiebros…
en veranos vehementes
de caricias y de besos…
en otoños presumidos
de hojas que se caían,
como se caen las ramas
con las nieves del invierno…
Se perdieron tantas llaves
de las puertas que cruzamos…
que llevo la tuya puesta
en el lapso de mi vida,
para entrarte y salir,
para volver y toparme,
en la orilla de tus noches
y en la yema de tus días…
Por las calles del olvido…
quiero encontrarte, dormida…
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Bonito poema, triste pero bello.
Saludos!
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TXOPO
16 Enero, 2021 19:54
3
Gracias Chus.
Por las calles del olvido… siempra habrá algún poema…
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TXOPO
17 Enero, 2021 14:18
7
Gracias Mrs. Wallace.
La vida es un sumatorio de tantas y tantas vidas…pasadas, presentes y futuras.
Cuando unas se terminan, otras germinan de la nada…para seguir creando vida…
El olvido, es la antesala del recuerdo… y el recuerdo, el jardín de los sueños; los que fueron y los que puedieron haber sido.
Saludos.
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TXOPO
17 Enero, 2021 14:19
8
De nuevo, gracias Ricardo.
Saludos.
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TXOPO
17 Enero, 2021 14:20
9
Gracias Magda, por asomarte al balcón de mis versos.
Saludos cordiales.
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Siempre seremos lo que el olvido se dejó atrás…y lo que vayamos encontrando por delante.
Un precioso poema, a mí también me gusta escribir estos poemas de recuerdo y de olvido, aunque me pongan melancólica…!!
Un abrazo fuerte, Txopo!
(Me gustaría que leyeras este mío, amigo, lo publiqué hace tiempo aquí.)
… Y regreso a la aldea esperando,
tal vez…un último hálito de vida.
Y todo es ya quietud, desamparada y yerta.
Los huertos silenciosos.
Las quejumbrosas casas de piedra desgastada.
La pequeña ermita polvorienta
sin cruces, ni llantos de campanas…
Todo está en calma en esta tarde
de un noviembre extraño y desabrido;
de este otoño…
al otro lado del olvido.
En la desierta plazoleta,
dos acacias recitan en voz baja
un rosario de viejas letanías
abandonadas por el viento.
Bajo su pelad…
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delia
17 Enero, 2021 19:26
11
Que bonito, un placer de lectura.
Abrazos
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Todo final conlleva un comienzo. El poema tiene un ritmo perfecto, enhorabuena.
Un saludo.
Andrés.
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