Gracias, mi Walla. Él siempre supo que lo echaba de menos siempre, nunca llegó a leer nada mío por el Alzheimer; pero lo veo sonriendo dándome un abrazo cada vez que le escribo.
Yo también me emociono cada vez.
Son varios
los motivos de verme en el espejo
hoy día, siempre
tus hilos por ejemplo
de antaño que brillar no dejan
tibios sobre mi cuello
abrazas abrazas mis ojos
tú, yo, tus hilos, verte en el espejo verte
¡Excelente! Leerle. Me transportó.
Un gran saludo.