Como acto de resurrección
o más bien,
como acto de supervivencia
cada vez
que se me rompen los ojos
tantas veces
los vuelvo a coser
con más cicatrices,
¡sí!
pero cicatrices
que acreditan
la autoría de mis tragos
Soy de las que ando
con los pies
de aquellos
que tropiezan
mil veces con la misma piedra,
aun, ¡benditos!
toparse con sus muros
incluso los que disparan
a bocajarro
impregnando de desamor,
sabiendo
con esa certeza
con la que tan solo
y únicamente
puede apostar la muerte,
que atesoré
en esta efímera vida
la verdad
de un “suspiro”
Y vuelvo
a reconstruirme
una vez más,
reconciliándome
con mi propio yo
entre crudos aprendizajes
los más sabios,
aquellos que me dictan
los jirones de mis cenizas
entonces eres perfecta como la poesía misma
como quien ya lo vivió todo y quiere compartirlo
eres de las luchan por los demás para que ser un poco más libre
eres el mejor verso jamás escrito
Lo valiente no es evitar las caídas sino aprender a levantarse en cada una de ellas. Tu poema es una muestra viva de ese pensamiento que no es mío, pero que ayuda cada día a seguir el camino.
Y aquí sigues…reconstruyéndote una y otra vez y renaciendo de tus cenizas como el ave Fénix, amiga!!
Preciosos y hondos esos versos…
Disfrutando de tu poesía siempre…
Besitos, Mina!
Qué bien dicho, poeta!!! Toda una bella introspección es tu poema. Un gusto leerte amiga.
“Y vuelvo
a reconstruirme
una vez más,
reconciliándome
con mi propio yo
entre crudos aprendizajes
los más sabios,
aquellos que me dictan
los jirones de mis cenizas”
Ahh muchas gracias!!! tus comentarios tienen esa fuerza y potencia lírica tan marcados como tu propia poesía, creo que los mayores aprendizajes son esas experiencias vitales vividas en primera persona con absoluta plenitud, poeta!!!