Navegué mares.
Caminé lunas,
lloré primavera…
En busca de un refugio donde la vida me acoja y las lágrimas florezcan
y lloré, tristeza… Lloré sangre…
El cielo fue mi compañero,
la luna mi amante,
y caminé…
Recorrí su piel
abracé su anhelo
y seguí llorando; buscando un refugio…
Buscando esperanza.
Bajo el cielo de Venus
arropando mi cuerpo en telas de inviernos…
Y me convertí en verso.
En pluma de carne,
y tinta de corazón,
y lloré… lloré…
Nocturnales caminatas por la luna, naves a la deriva en ríos de lágrimas y una voz que no se calla en los invernales llantos.
Han hallado refugio allá en tu cielo
Orquestado oráculos de ánimas
En un requiem entonado por los santos.
Aplaudo tu dolor, empatizo con tu llanto y admiro tus maneras expresivas.
Lloramos tantas lagrimas de otros, que aveces olvidamos llorarnos.
Porque no encontramos el hombro, o porque no ubicamos nuestro espacio, pasamos mucho tiempo reteniendo nuestras lágrimas, hasta que alguien como tú, Ivka, las plasmas en estos tan bellos y sentidos versos, que bien pudieran haber sido las lágrimas de alguno de nosotros.
Un gusto leerte.
Un abrazo cariñoso.