*Tomado del comentario número 12 del poema Premisa Armónica de la Onomástica
Me sigo desgranando en llanto,
derramando el dolor
que a flor de piel brota,
regado en sentimientos
que gritan ¡basta ya!,
la contravención
que viene ipso facto,
es confrontación por doquier
que no perdona
cae y me aplasta,
mi mundo se derrumba
tengo miedo,
pues el miedo
me invade y paraliza,
vienen las batallas
que escucho como
estampida de elefantes,
pierdo lo que amo,
lo que creo seguro,
lo que me da resguardo
falsamente engañada,
por la tranquilidad
que la boñiga me brindó
o me brinda…
Que soltar me cuesta,
y aunque embardunada
estoy hasta el cogote,
y aunque sus desaires
me hieren e incomodan…
esos los que huelen putrefacto,
prefiero hacerme la de las gafas
y como turista, mientras observo todo
hago de cuenta como si no pasara nada,
pues aunque sufrir no quiero
aferrarme a ello deseo,
o aferrada me hallo,
pues su calientito me incita
a seguir sumergida
entre las heces de su asquerosa sombra,
en mi deseo miope,
en este barco el capitán
es mi inconsciente,
pues que solo deseo
que con amor me acojan y traten,
solo deseo que su amor,
sea mi espejo…
recíproco, puro y bello,
en solidaridad perpleja
¡es lo que hay…!
¡lo que hay que buscar en otro lugar y ya!,
quisiera viajar a otras tierras…
las de mi anhelado tesoro,
el amor que esquivo parece brincar
como liebre escurridiza
que aparece y desaparece
entre los matorrales de la vida,
solo quiero que me amen y ya,
y me acepten como tal,
sin menospreciar mi esencia
sin querer tomar del néctar de mi cáliz
y de mi alma, corazón y vida,
que eso me estropea y maltrata
me desgata… mi energía vital,
se esparrama y desperdicia.
Entonces me quedo perpleja mirando a lo lejos
lo que hallar quiero en el horizonte supremo,
sin darme cuenta que está más cerca
de lo que presiento,
volcar la mirada hacia dentro
es lo que debo…
sin embargo sigo yaciendo
en el sostén de sus latigazos
que permito me sigan marcando
aunque intente disimular,
resguardada en comprender su actuar
que intento no juzgar ni condenar,
mas en mi cara se configura,
con una sonrisa llena de esperanza;
la violencia que se marca,
en mi entristecido rostro
cuarteado de dolor y de desprecio,
de irrespeto, de ira, de frustración
que aunque suplique que no quiero más,
que no esté, que desaparezca
de rodillas sigo implorando
y mientras ellas de sangre chorrean,
ahí está, ese monstruo,
que crece más y más
de mi se alimenta,
su único banquete…
que por cierto es además
el más exquisito… abundante,
lo invita a quedarse…
de ahí no se mueve,
entonces, después…
de una tensa calma,
alargada en el tiempo
empieza la subida
esa… la del seno y el coseno
la operación perfecta
de la indecisa decidía
irresolución explicita… cuidado,
la adversidad se avecina
es la entropía haciendo de las suyas,
sí, esa, la de la termodinámica,
como montaña rusa
contra el tiempo…
va andando….
es que ya sé cómo es esto,
y aunque hayan tantos
cambios configurados,
realmente nada ha cambiado,
el mismo circulo vicioso
se repite y se repite
sin tener fin, se vislumbra en el infinito,
así tal cual como tornillo sin fin, gira y gira,
cada vez más envolvente,
la caída cada vez más profunda y vertiginosa
y la subida cada vez más,
es una cuesta imposible de subir,
donde queda prendada el alma,
he llegado al fondo, el de esta vez,
más profundo que el anterior
entonces me recuesto y descanso,
quedarme no quiero
pero también es lo que deseo
quedarme inmóvil o quieta,
para el caso es lo mismo…
pues que la motivación no da pa´tanto,
me arruncho y apego a este fondo
que aunque no me afana
en su zaguán del olvido,
sí, aquel mismo, él de la decidía,
me hace sentir incomoda de estar allí,
desperdiciada y refundida en el caos
aunque moverme tampoco quisiera
sabiendo que no es mi lugar,
el día a día me consume
entre los quehaceres y el tiempo,
que pasan sin piedad ni tregua,
a sabiendas sigo pellizcando de a pocos
sin despabilar ante este hastiado abandono,
despertar deseo pero en este caos,
los estímulos que no son suficientes
me gritan despiadados,
es hora de mucho y de tanto…
o como ya dije, a veces inmóvil me quedo,
como esperando el milagro
suplico, ruego, esperando verlo,
pero mis ánimos que no ayudan,
tampoco espabilan para motivarme a algo.
Me aferro a lo magnánimo,
solo en ti Dios encuentro remanso
aunque a veces no te sienta, ni vea
es que en desconexión total ando,
aunque en mis narices te poses
suplico a ti, implorando me saques
de este lodazal reguero,
inmundo, putrefacto (mierdero)…
en señales producto de mis deseos me devano,
y por más que suplique no te veo,
la tragedia como parte de mi vida
se convierte en la salpicadura de sabiduría,
los Ángeles y Arcángeles que revolotean
dando muestras a cada instante,
me susurran con canticos celestiales
en sueños o en mis diarios quehaceres,
que ahí están acompañándome,
con Dios por delante,
que no me preocupe
que ¡bien! todo estará,
que debo seguir adelante…
Tirada en el piso me hallo
mi dorso sobre mis piernas
con mis rodillas flexionadas,
y mis manos adheridas al suelo,
mi cabeza gacha
y mi mirada clavada
de frente en el suelo,
me toman, sin darme cuenta,
levantando sutilmente mi barbilla hacia el cielo
y observo la abismal subida, aquella la del cielo,
me sacudo y de nuevo observo
la abismal subida aquella la que me lleva al cielo,
mi cuerpo obediente sigue el halo de mi barbilla,
mis manos se desprenden del suelo y me levanto
sin dejar de mirar hacia arriba
asustada, nerviosa y angustiada
me recorre un sudor por todo mi cuerpo
un calor paralizante,
diciéndome que no puedo…
entonces la exquisitez de mis versos
cual aroma me invita a querer salir de ese hueco,
me grita ¡deja de perder tiempo!
tesoro insondable que muchos ya perdieron,
pues la llama de la vida
se les apago antes de lograr sus deseos,
entonces la vida y el tiempo,
me invitan vivir lo aun no vivido
o en mi libre albedrío…
dejar perder tanto que aún no he vivido
aunados a Dios y a otros tantos,
me dejan entrever lo que aun pudiera atesorar
y que no tengo…
tesoros exclusivamente para mí, destinados,
que de despreciarlos… me doy el gusto…
y que muchos quisieran haber podido,
¡disfrutarlos o vivirlos…!
entonces continuo mi gran hazaña
esa la de levantarme del suelo
observo y empiezo el ascenso
ya conozco la escalada, lo recuerdo…
la subida cada vez más difícil y tortuosa
¿la escalada cuesta arriba?
sí, la escalada esa, la que va cuesta arriba,
sí, esa… la que me cuesta y me derrota,
se convierte… es empedrada, resbalosa, fangosa,
en pendientes casi verticales
que van marcando mi camino,
que dejan de ser pendientes
para convertirse en murallas
impenetrables… inescalables,
estaba tan sumergida en la boñiga
que realmente creí… que no podría,
tan imposible de subir,
que la decidía duerme
recostada en la pereza,
que consiente
se mantiene inmóvil,
que no despabila
a pesar que reaccionar
sería su salvación,
busco las garras, esas
las que te dije, ¿recuerdas?
de las que te conté el otro día,
las que perdida me salieron…
y no las encontré,
tal vez se me cayeron
las perdí sin darme cuenta, de nuevo…
trepo… intento trepar, ¡no puedo!
desolada me hallo…
no veo nada
la palabra sucia me enreda
me sumerge y me consume,
la que maltrata,
se embarga de desprecio y de dolor,
pues vomita podredumbre
su olor asqueroso
lapida y resquebraja el corazón
que agonizante quiere aferrarse a la vida
mas al alzar la mirada
no ve más que oscuridad maldita,
aunque de día esté
el cristal de sus ojos miopes
no ven la luz, que para ella está ahí,
¿y entonces dónde reposa la esperanza
o reposan las esperanzas?
tal vez en la fragua que arde
o en los anaqueles de las sumisas
que sometidas solo callan
entonces me pregunto yo,
¡¿vaya que esperanza?!
Mis lágrimas que se escurren
se deshilan en kilómetros y kilómetros,
creo que llevan tanta distancia recorrida
de las heridas que sangran
que fulgurantes se abren,
ya no soportan más… ni tanto,
trepo… lo intento…
salir de aquel hoyo
profundo desolado, quiero,
que en medio, ciego se haya,
entre la abundancia
que su miopía no ve…
se ha cubierto con el antifaz
que otros impusieron.
Ohhh no perdón
es ella misma quien
se lo ha impuesto,
sin saberlo…
es ella quien ha decidido
ser su propia lacaya,
al creerse todo lo que le dijeron,
como caballo va por la senda creyendo
todo lo que le manifestaron e impusieron
caminando va avanzado con esos parches
va por ese, el camino
que le indicaron como correcto,
con la mirada limitada,
intento ver… no puedo, los parches
que cumplen su objetivo
no me dejan ver todo el panorama
la visión bloqueada está…
incluso en el horizonte supremo.
Ando tan sumergida en mi boñiga
que no veo la luz del cielo,
y aunque la veo, su luz no me toca
ni su calor me deshiela
mi abrigo de insensatez
que me recubre toda,
me aísla por completo,
de entramados afectivos
que lejos de la asertividad me lleva…
susurran los ecos aberrantes
que me incitan a seguir regocijada
allí en ese desolado anidadero,
hacia el precipicio que ya conoce,
quiero lanzarme o seguir lela viendo,
haciendo caso a las conversaciones
que enérgicamente sostengo,
como un enredal cablerío, en mi cerebro,
un zarzal de enmarañados pensamientos,
que me gritan y respondo,
casi como en un manicomio lleno de internos…
entonces convencida me mantengo
pues no hay peor ciego
que aquel que no quiere ver,
segura continuo con el error
que por delante me lleva
de bruces a lo que no quiero,
me ha mostrado el camino
que siendo falso, como verdadero veo,
mi espíritu humanizado le sigue,
aunque un poco desconcertado va andando
entonces confiado engañándose así mismo,
continua como tonto andando,
tranquilo entonces…
de no desconfigurar el engaño
continúa certero creyéndose seguro,
ante el lodazal sigue sumergiéndose
aun sabiendo que no es bueno…
pero se lo ha creído y al despeñadero de nuevo,
como latigazo la verdad me azota
incrédula, impávida es que no lo creo,
como pudiera ser yo misma mi veneno
la culpable de mis desgracias,
las que creí provinieran de otros,
y no es que de ellos no emanaron,
es que permanecieron en mi
cuando al llegar las deje entrar
en mi dulce morada, la de mi cuerpo,
creyéndome victima siéndolo sin serlo,
que victima soy pero soy más que eso, es solo el desafío
que la vida me invita… y que aprender debo…
entonces me reconfiguro y entiendo,
es permitir ser la responsabilidad
de que lo vivido es simplemente la experiencia
que debo vivir hasta entender y aprender
y que el no salir de allí se debe a mi incapacidad
aunque sepa, aún no sé y me engañe creyendo,
que cambiará o cambiarán es que no sé, de nuevo,
la esperanza me embarga y por ello
continúo yaciendo, a la espera que el error cambie…
y por ello la verdad dura e implacable
siempre va, a… en mí; recaer,
sin duda ni piedad, su mano no tiembla
pues que la vida, ni Dios nunca se equivocan.
Empieza de nuevo el círculo,
en el que siempre caigo,
¡ese… aquel!, el… de la violencia
aparecen estímulos externos,
alguien por ahí me ronda
y también el camino.
Encuentro algo o alguien que me someta
por cualquier razón y yo acepto,
permito ser sometida,
con cualquier argumento
que valido como única verdad
y realidad posible,
anulando todo lo que soy
todo lo que he logrado
todo lo que he conquistado,
y peor aún me niego a la posibilidad
de seguir conquistando
lo ya conquistando
y seguir avanzando,
sus argumentos tan bien soportados
me hacen creer que los míos
no son tan válidos,
que callar es de sabios
y a sus imposiciones, me someto,
por el querer ser, vivir y pertenecer
de distintos colores, sabores y aromas surgen
a veces las inexorables amigas,
o en el espejismos de un nuevo amor
creerlo tan cierto, siendo una total falacia
que superflua se diluye en el ocaso,
otros que por sus lazos de consanguinidad
son mi mayor vínculo,
son ellos de quienes podríamos decir
provienen los golpes más bajos,
y en esta redada ha caído
enredada una que otra amiga
me duelen ellas, las otras pasan de largo,
y el hombre que marco mi destino
maestro es, aunque en un principio
creí era mi rey o mi príncipe
y luego con mi rostro endurecido y resquebrajado
así como mi alma y mi corazón, lo creyera mi victimario.
Entonces me sumerjo
en ese hoyo negro, profundo,
lleno de fantasmas
de entes diabólicos
de zarzales de mierda
que me atrapan y me enredan
en el paseo que me invita mi pasado,
hastiada de tanto, de encontrar,
las mismas quejas durante años,
que retratadas se ven idénticas
y ni aun con los años se vislumbra diferencia,
entonces hoy como pude saque mis garras,
esas… las mismas que ya te había mencionado
y me aferre a la madre tierra
que no es otra que la vida misma,
mi madre mucho más que un planeta.
Sola en mi soledad lloro
donde nadie más me vea
más que Dios mis ángeles, arcángeles
y hasta yo misma
es que quisiera realmente nadie me viera
de seguro hasta mis seres amados
que en este plano terrenal,
su presencia no sé refleja.
Me limpio las lágrimas
por las que lloro tanto
y me visto con la capa
que nuevamente Dios me ha dado,
dejo olvidado el escudo del que no me percato
y con un chiflido los Ángeles
con infalible atino, me lo han colgado,
para cubrirme de las acechanzas que vienen,
parecen bandadas como chulos cayendo,
como remo en balsa
que andando va por las aguas
voy remando y dando estocadas
con golpes secos
sacando de mi camino
aquellos carroñeros
que aunque saben que no estoy muerta
quieren succionar mi esencia,
elixir de vida que satisface su ego,
y busca saciar su deseo,
en el ímpetu del juego
del depredador y su presa,
que desparpajo a sopetazos (sopetones)
como me permita
mi restablecida autoestima
en el amor propio, se incrusta y radica,
me empiezo a liberar,
empiezo a hacer las cosas
que me gustan y fascinan,
la vida me las pone en bandeja de oro
para que simplemente las tome,
las apropie, las disfrute y las contenga,
un golpe fuerte desprevenido
me toma por sorpresa
veo como mi familia me repele y se aleja
las contravenciones no escatiman en llegar
se enfrentan a mí y yo me enfrento a ellas,
en franca contienda con mi familia
me confronto… pugna y disgusto,
o el término que gustes o prefieras…
entonces mi mirada se detiene
y reparo para ver quien queda,
justo en frente veo a mi ángel
su luz clara y resplandeciente,
me mira sonriente y me contempla
con tanta paz y amor
que mi corazón desesperado e intranquilo,
regresa a la calma…
al sumergirme en su mirada, su cálido abrazo
me reconforta y levanta,
es el Ángel a quien Dios
encomendó mis cuidados,
de sus entrañas provengo
su canal guio e ilumino mi camino a la luz,
que un día vi, disque un tal 3 de octubre;
abrazada a este ángel vuelvo miro y a mi lado hallo
dos hermosos seres tan llenos de luz y amor
pero esta vez fui yo quien guie
por mi canal hacia la luz
y un tercer ser que por allí no paso,
sino que a través de mi vientre
sobresalió por un camino inexistente,
que el bisturí indico y plasmó,
ella está parada a lo lejos
en el horizonte trémulo mirando tácitamente,
mientras encuentra su camino en esta vida,
va siguiendo mis pasos
con el ojo que juzga y condena
pero que en realidad son las premisas
de su amar, que vociferar quiere,
pues se encuentra ahogado,
refundido, en los enredos del engrandecido ego,
así como regocijarse en éste, mí regazo
es lo que verdaderamente quiere.
El circulo me indica…
ya sabes cuál es el camino
el miedo me invade,
ya sé que sobreviene
siempre cuando voy saliendo
cuando la dicha me embarga
de felicidad y logros
me dice ten cuidado, recuerda;
ahora que tan feliz estas ,
con tantos logros alcanzados
recuerda que la desventura te asecha
siempre te está rondando…
buscando que caigas,
pues es que luego sucede algo,
y recaigo en aquel hueco,
aquel el de mis quebrantos
la que con arduo tesón, cincel y martillo
marcaron mis ancestros,
y así como la letra con sangre entra,
así mismo con sangre marcaron nuestros destinos
tinta indeleble que celebra un contrato,
de la herencia transmitida que por fortuna recibimos
aunque la vida nos desgracie,
y surja disque la resiliencia en desafíos extremos,
de aceptación, superación y fortaleza,
que a veces no todos tenemos…
pero esta vez no caeré y si caigo buscaré,
con mi ánimo fortalecido y la frente bien en alto;
como salir, pero es que esta vez allí no regresare,
más si caigo no me quedaré,
no es que no te amé, es que me haces daño
y por eso… en mi vida estas fuera de mi círculo cercano,
sí, aquel… el saludable, íntegro,
del otro quedan los recuerdos, este poema…
la transformación explicita
de una mujer en la mariposa de sueños
que se viene construyendo,
y mientras desgrano versos…
mis lágrimas escurren como bálsamo
en la garganta se atora,
como si se atragantara la vida entera
cuando mis lágrimas de repente limpiar debo
y en explicaciones inútiles, recaer no quiero,
pues sin sentido parecieran,
del reflejo del pasado que vívido se hace,
pues aun las heridas, duelen;
del todo, no han sanado
sin embargo mis decisiones lo dicen todo.
Y mientras ya al final
me acompaña en copas,
un vino tinto,
Me pregunto pues…
No sé qué es todo esto,
si haya una secuencia lógica,
o si sea el reflejo de una personalidad caótica,
desequilibrada, en realidad no sé qué es esto,
tal vez el resultado de un alma
que se entrega y se desahoga
Surgido desde el corazón, los intestinos y los recuerdos.