“El Ajedrez es una hermosa amante a la que volvemos una y otra vez, sin que nos importe las muchas veces que nos rechaza. (GM Bent Larsen, Dinamarca)”
”Si el cielo fuera papel y el océano un tintero no me alcanzaría para escribir las partidas, que jugar yo quiero". (Andrea Lambrecht, Argentina)
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Tablero de amor nuestro lecho
donde se gesta ajedrez de caricias.
Salen blancas.
En apertura irresistible
abre el juego tu desnudez.
Dieciséis marfiles te adornan relucientes.
Lanzo ofensiva por tus flancos.
Mi boca estratega,
alfil en fianchetto,
merodea tus hombros
y controla la diagonal de tu cuello.
En la magia del medio juego
trenzamos combinaciones de besos,
gambito de alientos,
me enroco en tu espalda,
saboreo cada casilla de tu cuerpo.
El reloj avanza implacable
cuando caigo en la celada
de tu enigmática mirada,
pero sacrifico calidad
por táctica posición en tus caderas.
Mi lengua, caballo que te galopa,
pone al descubierto
doble jaque a tus senos,
en cuyas cúpulas,
atalayas del placer,
ofreces en sacrificio tus pezones,
peones envenenados
cuya captura amenaza
perder ventaja
y una dulce derrota
siete movimientos adelante.
Por la columna de tus piernas
abren la defensa de tus muslos,
hueste de besos a punto de coronar.
Mi ejército enardecido
lanza a su alfil de fuego,
que como ariete,
a las puertas de la gloria arremete,
buscando tibio y mullido trono.
Pieza tocada, pieza besada,
cuando a fondo provocas mi ataque
tras bastiones íntimos de tu troyano cuerpo
y en la heroica muerte de mi rey ahogado
también has quedado temblando
con mi jaque mate
en esta partida que al final…
…siempre es empate.
