Volver a escuchar
los secretos de la tierra.
Fundirme en la corteza,
traspasar el manto,
adentrarme en el núcleo.
Volver al origen del tiempo,
pisar la hierba,
tocar el cielo.
Desnuda, nómada, sin rumbo.
Hallar evidencias
en el musgo y en el barro
de que aún respiro.
Me recordaste tanto a Hölderlin, mi Walla… ese volver a ser… pero ese final es tan tuyo e irrepetible que sólo puede nacer de alguien tan sabia como tú… eres espectacular!
Existe en la cosa mortal ( en toda cosa mortal) una mediatriz de fuerzas que las une o las separa, la unión representa la vida y la separación de dichas fuerzas, la no vida, que se puede llamar muerte también, pero que no significa de ningún modo desaparición ni de la cosa como objeto inmovil ni de sus pasiones, el miedo y el amor y las fobias siguen alli como repercusión cuasi perfecta en el ciclo cósmico. El amor y el miedo sobreviven al deceso del cuerpo, porque son sustancias de las fuerzas que originan la vida y la muerte.
Aplausos @wallacegere por tu planteamiento que se presta a reflexiones profundas.