Me encantó eso de caer en un mar de hojas inconexas… Como en una colina de barridas hojas marrones y tibias (es interesante: a veces los cúmulos de hojas otoñales, en vez de enfriarse, se entibian debido a la descomposición de las hojas muertas; pero cuando una persona muere y pasas a ser cadáver… el cuerpo se vuelve un bulto frío… creo que hasta que no empieces a podrirte —tú, como cadáver— no generarás ese “calor muerto” del de la descomposición de las hojas, ¿sabes?.. ¡Ay!, mejor me callo je, je, je).
Desde luego amiga, que son fragmentos de tí, tu amor a la madre tierra y toda su creación, lleva tu alma y la recitan tus versos, todo un éxtasis sensitivo de naturaleza!!!
En vez de un comentario parece un tratado sobre la descomposición vegetal … tú siempre ves más allá…jajaja
Gracias, Chane, también por contarme tu versión!
Esos versos finales los tenía de hace tiempo y no sabía cómo ponerle cuerpo…y así me quedó. Ha sido muy intuitivo.
Gracias por tu comentario bonito, amiga! Un beso fuerte!
Ahora veo rotos por todos los lados, tenía que hacer algo así, amiga…
Una especie de liberación!
Muchas gracias, compi, me gusta mucho lo que me has dicho! Beso enorme!