En el lugar donde habita el olvido
Allí donde habita el olvido,
donde amanece el letargo,
el tímido rayo de sol
no recuerda que salió,
inconsciente de su ocaso…
donde el viento desconoce
su fiel rumbo encadenado,
entregado a la amnesia
embriagante,
al extravío laberíntico
de un sendero desconcertante,
puede ser que hacia el abismo…
donde las horas pararon
se aferraron a un presente
obviando su acento rítmico
instigador de adelantes
de una sucesión de instantes…
donde el rio siempre vuelve,
ignora su inapelable destino
de morir en el mar,
de un compás cuyo flujo
no debería volver atrás…
Allí donde habita el olvido
perdí mi memoria,
percepción única de continuidad,
de haber sido,
ser,
llegar a ser,
envuelto en esta nada,
confundido,
relegado a un presente
fugaz y ausente,
vi a la tígrida bulbosa,
tan cálida y atrayente,
esplendorosa…,
aprendí que podría morir inadvertido,
omitiendo la muerte,
perecer sin un adiós,
hundirme en brazos de hades,
firme y gloriosa.
Allí donde habita el olvido,
ignoré que me mirabas,
llorabas
mi despedida inconsciente,
olvidé que era yo
el que sucumbía a la muerte.
Checha, 16 de septiembre de 2020