Batalla interminable
de talla incalculable;
aquel divorcio original
del espíritu y la materia,
donde, tendida,
la vía vertical,
se insufló el fuego
en las arterias.
Abismo
de espalda
a las estrellas.
Quien sabe del orco,
y lo supera,
se convierte en un dios…
¡vaya quimera!
Sabía evolución
del alma que despierta.
La búsqueda del Grial,
hercúlea empresa;
allí, en el óleo candente
del artista genial
en su " Última Cena".
¿ Dónde está
la santa copa;
no es, acaso, Magdalena?
Páginas borradas
por el viento
de un aliento
pernicioso,
cuyo arrebato
capcioso,
atraganta el fluir
de historias sacras.
El interés enfermo
de las lacras,
abortando el nacer
de letras salvas.
Sagrado enigma
en la dinástica flor
merovingia;
cristiandad arrebatada,
negada,
y ultrajada;
deuda a saldar
en cuerpo y alma;
devolver dos mil años
a la humanidad
engañada,
rasgando velos,
cicatrizando daños,
eclipsados en el tiempo.
Santa sangre;
santo grial;
triunfo artístico
de Brown,
que, así, como el Dante
destapa misterios
emblemáticos
con elevadas
obras de arte.
Códigos secretos,
anagramas;
en un juego de letras,
el ojo intrépido desgrana
las hebras de oro
que han bordado
los seres,
que, en silencioso vuelo,
a la muerte matan.
Pinturas de Da Vinci;
tesoros de mil caras.
Relojes sin agujas,
que descansan en mortajas,
y van tejiendo
los símbolos del drama.
Pistas
que la luz
resguardan.
Tinta invisible,
bajo luz ultravioleta.
Un cielo indivisible,
contra mil hordas violentas.
“Hasta aquí llegarás,
pero no más allá”.
La búsqueda
de reliquias;
Newton,
la manzana,
fonemas de Sofía.
Ley de ingravidez,
enterrada por un papa;
criptologia y ultranza.
Cerebros intuitivos,
ávidos
de llegar a casa.
París, París;
¿qué ocultas
entre tus piernas?
¿una verdad soberana?
¿Dónde están las Magdalenas,
por el clero censuradas?
¿Quién las nombró prostitutas?
¡Tal vez, la sed de ignorancia!
" El manto que la cubre
en su descanso,
no es otro
que la bóveda estrellada"
Pintura realizada por: Edmund Leighton 1911