¡Ven!, juguemos
como dos alegres querubines
que se alternan
en el trono de “Apolo”,
disputándose
al abrigo de su Olimpo,
esa solícita sonata
para dos pianos,
que reclama con premura
nuestros ávidos deseos
Y nos envuelve
bajo teclas mágicas,
entre dedos saltarines
que danzan
en plena efervescencia,
replicándose,
traviesos
con acordes cómplices,
mientras desmenuzan
su jugoso pentagrama
con tu atrevimiento
y mi provocación
hasta fundirnos,
con esa última nota
nota
donde desembocan,
entre los labios de “Mozart”
todas,
todas nuestras sonrisas
Inspirado en la “Sonata para dos pianos en Re Mayor, K 448” – de Wolfgang Amedeus Mozart
«Ven, juguemos como dos
alegres querubines…» siento la reproducción de aquel primer movimiento «alegro » con espíritu en está llamada, aproximada a la genialidad interpretada en la sonata. ! Que buen oído tienes Minada.¡ Aplausos.
Una hermosa inspiración poética, querida Minada. Un gusto pasar por tus letras.
“¡Ven!, juguemos
como dos alegres querubines
que se alternan
en el trono de “Apolo”,
disputándose
al abrigo de su Olimpo,
esa solícita sonata
para dos pianos,
que reclama con premura
nuestros ávidos deseos”
Muchas gracias poeta, por situarte en cuerpo y alma en la sonata de Mozart y la interpretación de los versos, así es como un pequeño juego de picaresca infantil!!! Abrazos
Muchas gracias amiga, jjj es verdad solo faltaba incluir los pianos con su duelo a cuatro manos, genialidades del compositor, me alegra que te gustara!!!
Jjj muchas gracias poeta, así es diablillos al piano dotados por la genialidad de Mozart, que divertido de vez en cuando ser un poco traviesa y recuperar esa alegría infantil!!!
Muchas gracias poeta, es lo que me transmitió esa divertida y cómplice sonata a cuatro manos, una pizca de genialidad y travesura infantil, me alegra que te gustara su sinfonía!!! Abrazos!!!