Qué maravilla!!
Qué versar tan delicado y frágil!!
Son únicos y bellos tus versos, querida María. Mil gracias por escribir tantas maravillas. Abrazo grande.
Que sensaciones más profundas, más intensas esa caída al vacío, delicadamente ensombrecida y triste haciéndose añicos los versos, como la propia vida del poeta siempre rodeado de un halo de melancolía y añoranza y más con las circunstancias personales del tiempo que le tocó vivir, me ha sugerido esa imagen, amiga!!!
Gracias, Aurora! Está inspirado en los versos de Juan Ramón, esa era su casa en Moguer. La he visitado varias veces, tiene su esencia…
Un abrazo enorme, poeta!
A mi oído han llegado ese quebrar propio que solo tienen sus versos. Al leerle. Y entonces me repito: “En su media luz, la tarde rompe en grises…”
Gracias María por compartir. Un afectuoso saludo.
Yo visité esa casa hace apenas cuatro años, y la verdad es que allí uno se siente pequeño, no lo digo por su tamaño, sino por lo que representa Juan Ramón Jiménez para el mundo de la literatura. Pero estos versos tuyos tienen la delicadeza y la fragilidad de su “Platero”.
Seguro que Juan Ramón habrá tomado ya buena cuenta de ellos.
Un fuerte abrazo.