Anegada en azul,
en armonías,
se posa el alma
como un soplo
sobre las hojas
de los cielos
que sombrean
el remanso claro
de mis azules aguas.
Inundada de rojo,
el alma incandescente
vibra en mis estructuras,
arden mis sienes.
El fuego quema
y deja marcas indelebles
de amaryllis y cenizas.
Y se abre el corazón
como roja granada.
Fuego y agua.
Busco el difícil equilibrio…
Me hundo en el azul,
inundada de rojo.
Julio 2020
Pintura: “Amaryllis rojo contra un fondo azul” 1910. Piet Mondrian.