Que bella mirada delicada y sensible, así es a veces pasamos desapercibidos sin percatarnos donde reside la esencia, preciosos versos y preciosa imagen, amiga!!!
Son partes de la vida, (los tormentos y su esposa la tormenta) , como bien dices; la esencia está en la gota minúscula de rocío o quizás sea su consecuencia, pero lo has dicho en forma tan hermosa, que es absolutamente posible, porque lo posible es lo bello, para el horror preferimos instintivamente adjudicarle lo imposible.
—Aplausos para tu poema revelador.
Parece mentira, pero en ocasiones decidimos transitar caminos inhóspitos y pedregoso, y no vemos el camino de al lado que nos lleva por parajes verdes, floridos sin chubascos, a veces tomamos el camino equivocado, menos mal que podemos enderezar el camino.
Qué invisibles se nos hacen esas innumerables gotas de rocío… Están por todas partes y muchas veces somos incapaces de verlas y disfrutarlas. Nos perdemos en tormentas que nos esconden la verdadera luz y los colores de la vida! Un abrazo grande, mi querida María.