(Al baile flamenco)
La noche
le canta
luceros al alba.
…
Tañidos
de una guitarra
que parten
la madrugá.
Sube el canto
en un quejío
que quiebra
en la soleá.
(Palmas sordas
a compás)
Repiquetea
el tablao.
El baile
temblando está.
Quedo,
muy quedo
camina
para con otro sonido
alzarse
con un gemido
de garganta malherida.
Gesto grave,
la figura
se retuerce
y entre el bordón
y la prima
cadencias
de seguiriya.
Los brazos
son dos serpientes
que se mueven
ondulantes
por el espacio
que antes
recorrieron
lentamente.
Poco a poco
en remolinos
de volantes
se alzan
las alegrías.
Siguiendo
por bulerías
el taconeo
que se crece.
La notas finales
suenan
en acordes
y armonías.
Ya, las gargantas
se rompen.
Sobre una mesa
vacía
los nudillos
a compás…
a compás…
a compás…
Y, en volandas,
se pasea
y corta el aire
un revuelo
floreado
de mantón.
Pasión y vida.
¡Vida y pasión!
¡Apoteosis final…!
…
Y se clava la figura
sudorosa
y encendida.
Es la pará…
Cual
estatua
fllamenca
de sal.
…
La noche
le pinta
luceros al alba.
Se escuchan las palmas…
Enero 2023
(El 16 de noviembre de 2010 la UNESCO declaró el flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Desde entonces, ese día de noviembre se celebra todos los años el Día Internacional del Flamenco).
Palos o estilos del flamenco citados: soleás, seguiriyas, alegrías y bulerías.
Foto: Esteban Abión. Festival de Jerez, "Bailar para ser’, de la bailaora gaditana María José Franco.