El zorzal de los climas invernales
suelta el sueño en los brazos del viñedo
y entonces brota el fruto cual corales
por los cuales con euforia intercedo,
porque en la mesa de diciembre falta
la esencia que estremece la nostalgia,
ese perfume que embriaga y resalta
la alegría que os sana la neuralgia.
Brindemos aliviados de rencores,
abracemos al hermano, al extraño,
y en las sienes que brillen los rubores
que agonizan en la nieve de este año.