Zombi

Me dijeron que te transportaba a las puertas del cielo
y aquel veneno se introdujo en mi carne
reproduciéndose rápidamente en mi interior.

Pronto alimentarlo se convirtió en LA NECESIDAD ,
mi único anhelo, dejarme llevar
alimento de mis delirios,
dulce sabor de la eutanasia.

Mil millones de veces supe que me destruía
y cada noche en la calle pensaba que sería la última.
Mil millones de veces dejaste de importarme
tú, y todos aquellos que acabaron simulando que yo les importaba.

Tal es mi degradación,
que ahora soy huesos y arterias marcadas en mi piel.
He dejado de tener sombra.
Me como mi orgullo
y lo vomito cada noche.

Veía cada día como era la muerte,
deseaba tanto poseerla.
Ése era mi delirio,
mi única necesidad,
convertirme en un zombi
necesitado de alimento.

Y, cada noche,
dormir en la calle.
Sentir el calor
que producen más de cincuenta grados de alcohol.
Y, al día siguiente,
volver a alimentar a la perca.

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