…
Empieza el hambre.
¿Si te vas, en qué silencio me dejas?
A veces ascendías como la tarde
y te me posabas como un poema;
a veces, solo a veces, tu sudor y el mío.
…
Empieza el hambre.
¿Si te vas, en qué silencio me dejas?
A veces ascendías como la tarde
y te me posabas como un poema;
a veces, solo a veces, tu sudor y el mío.
Me gusta lobque dices, pero más lo inclasificable de la gorma en que lo dices.
Gracias por leerlo