Me caí de mi mismo
(¡la peor de las caídas!)
trastabillaron los suspiros
se cayó la sombra
hubo derrumbes internos,
sonaja de escombros.
Por más que recojo mis guijarros
hay piezas perdidas para siempre,
hoy camino con pupila de agujeros
sonrisa amuecada por vacíos.
¡Qué difícil acariciar a mano incompleta
susurrar palabras de amor quebradas!
-algo quebrado me sale siempre,
miradas, ideas, abrazos-
¡Que pesado todo con estas rodillas sin meniscos!
Ya no soy el mismo
desde ese día
en que me rompiste los labios
y rodaron rotos
inservibles
hecho añicos
las copas de los besos
que llenabas con el vino de tu boca.
Así es mi Walla, deambulamos con todas las ventanas rotas, el alma estrellada, vasijas agrietadas que lloriquean agua. Así andamos con aquella ansia aún de sanarnos, buscando algún alfarero amor que ponga todavía algún remiendo de barro, una cinta adhesiva para que no caiga todo el ventanal ante los vientos de la vida.
O bien, haciendo poemas con nuestras manos de 3 dedos, recuerdos agrietados, con nuestros versos de mirada de pirata, con nuestro corazón despostillado.
Pero ahí vamos haciendo de tripas corazón. Echándole fe, como si no trajésemos desgajada el alma.
¡Peomazo!,
dónde el poeta sigue sin reconocerse
En sus propios guijarros
Aunque acaba de caerse
Tiene sanos los pulmones
Porque no fuma cigarros.
Aplausos grandísimos desde Argentina.