Ya llega el invierno,
se acercan las fiestas,
las luces se encienden
y brillan las velas.
Se ven en los cielos
los bailes de estrellas,
retando a los fríos
de noches señeras.
Abajo, en los pueblos,
igual que en la aldea,
suspiran los hombres
pidiendo clemencia.
Están muy cansados
de llantos y penas,
y piden sonrisas
en vez de las guerras.
Hay niños, pequeños,
que no se dan cuenta,
y buscan los Reyes
y las Cenicientas.
Son fechas de invierno,
de paz y de tregua,
las armas se callan,
igual que las lenguas.
Metáfora vana
que dictan poemas,
escritos con sangre,
con lodo y arena.
Hay nieve en los montes,
con niños que rezan,
y ojitos que buscan
belenes sin rejas.
“…Yo soy un iluso”,
confiesa el poeta,
“persigo unos sueños
sin pies ni cabeza”…"
“…Vivamos la vida,
la nieve se acerca,
y en ella hay un Niño
con niños que juega…”
Rafael Sánchez Ortega ©
20/12/24