…Y se desprendió de todo ropaje,
de las hojas muertas y adornos superfluos.
Atrás…brillantes y dorados oropeles,
amarillos, verdes, anaranjados.
De oro, cobre y bronce, tierra…
en una sinfonía de colores
que se llevó la lluvia.
Y fue arrastrada por el río denso del otoño.
Tan solo quedó…la rama desvestida. …Y solo fue Poesía, desnuda y pura.
Diciembre 2020
(…) Y se quitó la túnica, y apareció desnuda toda… ¡Oh pasión de mi vida, poesía desnuda, mía para siempre!"
(Juan Ramón Jiménez)
Aquellas manos del otoño que esfacelan las necrosis del cuerpo, como los escultores que encuentran nuevos latidos y colores. La lluvia, la del otoño, calmando la sed de los poros del leño. Y así con los ojos abiertos en su piel, aparce rama desvestida la rama.
¡Me transportó!
Un gusto siempre leerle.
Ah, qué hermoso!!! Convocar a la poesía para que sea la protagonista del paisaje que describes.
“Atrás…brillantes y dorados oropeles,
amarillos, verdes, anaranjados.
De oro, cobre y bronce, tierra…
en una sinfonía de colores
que se llevó la lluvia.”