Almohadas repletas
de sueños de humo.
La arrogancia se adueña
de un traje de fiesta
y seduce a la calle.
Propaganda de cielos
de saldo,
provoca en la tierra
el rechazo
a calzar más pisadas.
Ya no hay pies en la tierra
que aguarden.
Es sencillo volar
sobre alas de seda,
cuando ocultan al viento
que arrecia.
La ignorancia
es la dueña en el aire.
Solamente los sueños
se logran
despierto.
Y los pies en la tierra.
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Los “sueños, sueños son…” pero son imprescindibles para seguir viviendo, eso sí, con medida y con los pies en la tierra.
Buen poema, José Antonio!
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Precioso poema, me encanta el cierre y ese sueño que se logra despierto.
Saludos
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Me parece una crítica profunda y excelente a la arrogancia y la ignorancia, contrastada con la claridad que ofrece la conciencia.
Muy bien destacas la importancia de estar despierto y enraizado en la realidad.
Muchas gracias María por tu comentario, en este poema he querido destacar a aquellos que luchan por ver cumplidos sus sueños frente a los que sueñan simplemente creyendo que los sueños caen del cielo sin más.
El esfuerzo por conseguir lo que uno se propone al final trae su recompensa, o a veces no, pero la satisfacción de haberlo intentado, queda grabada en el alma de quien lo intenta.
Un abrazo
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