los dragones que guardé en el ropero
cantan cada noche melodías venecianas
mientras mi vecino
ungato de tres años que fuma rubio me habla
de cómo está la vida y del poco trabajo
y maría doña huana
perfuma con sus hojas un trozito de l’azotea
la radio habla de cosas sin sentido
y m’entretengo mirando con el catalejo
l’astancia donde duerme antoñita/blusa y braguitas
de flores azul
mientras las polillas que vinieron de marruecos
se comen/frenéticas/
mi última colección de poemas
o como dicen en l’academia
los apuntes d’un poeta neófito
qu’aún no usa slip ni versifica con suficiencia
los dragones hará 5 minutos s’han dormido/
es pues la hora
de que la luna asome su cuerno superior recto
por el lomo de sierra lújar ensartando estrellas
como si fueran los boquerones que mi madre
tiende al sol pa que los seque/
y s’apaga la luz de la última taberna
sonando la plegaria del borracho platónico
porque el vino/los niños y la parienta
no se soporten mal
desnudo/en un hecho irreal
pienso en beirut/por qué
y luego me salpica la risa del antonini
un gitano niño
vivo como una chicharra d’estío
y la mirada del güevo
otro gitano tontuelo y bonachón
qué cosas pasan en las noches
cuando te da en la cara la brisa sur del mar
ya no sé con quién hablar
le digo a mi zapatilla desatada y hedionda
que huele peor qu’el viernes
y no m’escucha/hace una hora que duerme
me queda el consuelo de mirar la única estrella que me ama
y no le correspondo
una qu’hay a la izquierda del cristal de mi ventana
en el margen siniestro
justo según se mira p’al atardecer del horizonte/
en un negro del cielo donde no hay ningún ángel/
la miro/me guiña/relampaguea/
quiere decirme algo primaveral/hermoso
y m’adormezco despacio/tal una hormiga
después sueño con ser poeta y esas cosas
pero los sueños no son verdad
me l’ha dicho el maestro
Del poemario Cuerpos al sol (1982)