Ardía el fuego sagrado en lo alto de Apu; morada de espíritus y de intocables dioses.
Necesitaba ascender hasta allí; compartir y aprender lo que su divinidad escondía.
Sin hacer caso a la prohibición conquisté su cumbre. Entonces, la vi. ¡Cómo no recordar su rostro!
El dios Wiracocha de los incas se mostró ante mí: -¿A qué has venido?
-A pedirte tiempo.
-¿Se te ha acabado?
-No es para mí.
Wiracocha enfureció -¡Vete!
-Sin ella, nunca. -Respondí
-¿Quieres regalarle tu tiempo?
-Es mi hija. Sí, quiero.
Apenas pudimos rozar nuestros dedos mientras ella descendía dándole por segunda vez… la vida.
14/Septiembre/2021
Palabras a incluir regaladas por
ESTER VENTURA WAINER, DISEÑADORA DE JOYAS DE AUTOR
Pudiendo escribirlas en el relato tanto en quechua como en español:
HUILLCA - SAGRADO
APU - MONTAÑA… sagrada donde moran nuestros antepasados
AYNI - COMPARTIR
YACHAY- APRENDER
YUYAY - RECORDAR
¡Qué lindo relato compañera! Muy enternecedor. Y con ese leer del quechua, que es un canto.
Muchas gracias por compartir.
Un gran saludo desde el Perú.
Ahh que mágico relato en tan ancestral divinidad, a veces me pregunto si está cultura occidental arrasa con muchas de las culturas tan milenarias!! Muy reflexivos, poeta!!!
Un gran relato, que emociona, que estremece. Un relato es bueno cuando te mantiene espectante hasta que termina y el tuyo tiene esa característica. Muy bueno. Abrazos