Nadie lo sabe.
Nadie lo duda.
¿Acaso si desnudamos
esta noche podremos navegarnos?
Que no se agoten los dedos
en las teclas!
Que no se mueran mis labios
en tu viento!
Que no nos venzan los barrotes!
El papel cuadriculado!
Las calculadoras!
Que no nos venzan los diplomas!
Las ofertas!
Las definiciones!
Que no nos venzan las mentiras!
Que no nos venzan!
Que no puedan dolernos!
Que no puedan!
Tan sólo porque el viento
nos anuncia la lluvia.
Las tardes no son tristes
cuando tocas mi oído.
Y soy cabo de un faro.
Y a veces soy velero.
Y me vuelvo a nombrarte.
Y soy poeta de asombros.
Cronista de señales.
Profeta de mi mismo.
Porque soy agua y aire.
Porque soy trigo.
Porque soy muelle,
a veces,
esperando…
¿Acaso si navegamos esta noche
podremos desnudarnos?
Nadie lo sabe.
Nadie lo duda.
Pero volamos…
Me gusta el sentido del poema y los signos de puntuación (los puntos) a mi parecer demasiados, pero s ese es tu estilo le va muy bien, además el uso de esos signos hace que el poema sea agónico y queda estupendo.
“las tardes no son tristes cuando tocas mi oido”
Wow.fascinado
Hola Isaac!
Muchas gracias por pasar.
Me alegra que te haya gustado.
Quizá sean demasiados puntos, pero me pareció bueno para marcar el ritmo.
Agradezco tu observación.
Gran abrazo!