¿Volverá tu sonrisa
a mi lado, de nuevo,
con la voz agraciada
que estremece mi cuerpo?
¿Volverán, me repito,
esos pasos ligeros,
caminando a mi lado
y también en su vuelo?
No lo sé, mariposa,
y es difícil saberlo,
y esta dura pregunta
yo la hago a los cielos.
Te marchaste un buen día,
separando tu vuelo,
de la triste figura
de un poeta sin versos.
Y quedó solitario,
pensativo y con miedo,
aquel niño, ya hombre,
y de aspecto travieso.
Se quedó sin billete
para ir a tu encuentro,
y volar a las nubes
y gozar en mil sueños.
Un espejo partido
le dejó mil reflejos,
con la sangre en el alma
aflorando en su pecho.
Y unas letras, temblando,
de sus dedos salieron,
invocando tu nombre
con cariño y respeto.
¿Volverá tu sonrisa?,
hoy repite este ciego,
lazarillo sin patria
en el mes de febrero?
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/25