Si te he de recordar ahora
que sea cuando se rasga
la bruma del olvido,
al derretirse
los cubitos helados
de la memoria
sobre este flujo de vodka
de la vida,
cuando el aroma a sal
y el ácido del limón
asienten en el paladar
de mi esencia
tu exótico sabor a tequila.
Y despertaré otra vez
con esta resaca de ti,
lánguido, extenuado;
con una punzada
en el pecho
y la otra en la garganta,
por haberte bebido tanto,
sin que te quedaras en mí.
(imagen Pinterest)
Poesía de Alejandro Cárdenas - Reminiscencias poéticas
¡¡¡Precioso!!! —esto de, “precioso”, la palabra en sí, me recuerda a este ser humano convertido en piltrafa calva y guayúquica de «El señor de los anillos»—. Uno casi puede sentir la marea de sabor químico entre la salinidad etílica propia del primer golpe de tequila, y, ese frescor ácido que nos pincelea el gusto por detrás… ¡Me gusta lo sinestésico que es este poema!.. independientemente de lo que aquí se dice, me gustó más la sensación tenue que me dejó en el cuerpo… muy parecido a como cuando tú —primerizo— al autoamarte, identificas un orgasmo seco ¡Ufff…!
¡¡No tienes idea de cómo me has hecho reír!! —yo sé que es un personaje ficticio—. Hay algo en él que me inspira ternura; pero al mismo tiempo, atrás, en el retrogusto percibo la acre sensación del asco… también le soy reticente. Ambas sensaciones las percibo al unísono. ¿¿Qué vaina tan rara!!
No, ¡gracias a ti!, por tu mundo de textos sensacionantes: capaces de hacer que otros sientan.