Visiones (Libro Negro)

La noche aún es clara, aún es tuya,
mi vida antes de ti solo era un espíritu
vibrando cautivo entre las almas.

Las estrellas miran hacia abajo
desprendiendo niebla y esperanza,
abren paso a los entes de la colina
guardianes del silencio más sombrío.

No temas eres tú, sedienta de deseo
inconclusa como los orbes rojos sin su haz;
un misterio de misterios,
una de mil visiones latentes en mi sueño.

A un paso del fugaz paraíso
temes fruncir tu ceño;
sé que mis días son trances
que flotan ciegos y horrorizados
en la fuente virginal de tu santuario.

Acércame nuevamente a tus danzas etéreas
donde florecen árboles nocturnos
terrenales bajo tu pecho;
donde el esplendor enloquece
en la inmensidad de tu tierna figura.

1 me gusta