Vientos

Vibro en deseos y ganas
de un día verte soñar;
tus labios poder besar,
con ritmo en noches paganas.
Vaya dotes tan profanas
luces con vil elegancia.
Tú, perfecta disonancia;
te devoras mi sentir
y no tardas en mentir.
Dejándome en ignorancia.

Nacen tornados eternos,
gritando a sus propias fuerzas.
Ellos temen muy confiados,
mas pronto sabrán sus penas.

No deben nunca ceder
ante sus grandes problemas.
Esos que surgen de amor
los mismos que los aterran.

Aún así, nada importa;
tú siempre serás tan bella
que las musas gritarán:
¡Maldigan la triste reina!

Y pobres musas de gloria,
pues no escuchan tu dolor.
Ese que de tanto ardor
nubla toda tu memoria.
¡Bendita la gran victoria!
Es nuestro tiempo perfecto.
Jamás vi mejor efecto,
que el de tus ojos en mí.
Tan dulces como el maní,
nuestro postre predilecto.

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