Me visto de azul, un azul cobalto con el que afirmo cómo pongo color a la vida. Ha pasado un día, mi presente se desvanece, mi hoy ya es mañana, pero al escribir esto y sentir lo que sentí hoy, me repito: ¡Cómo pongo color a la vida!
Sonrío por los que sonrieron hoy y por los que no, para contagiarlos. Sonrío por mi valentía y mis torpezas del ayer, también por lo inexacto que es el mañana. Me río y vuelvo a sentir la eternidad pasar, un recuerdo de lo efímero. Pasé un día y mañana espero finalizar otro, pero poniéndole color a la vida, aprendiendo, sintiéndola. Si no, mejor que finalice esta. Pues nadie pierde otra vida que la que vive, ni vive otra que la que pierde.
Siendo arte, naturaleza, caos y encontrando calma en mi misma, siendo tan imperfecta, yo dedico este azul ya no cobalto, pero sí más claro, más sereno, a la vida. Consentida, divagante, emocional, mía. Tan perfectamente imperfecta, vida mía.