Sí… este era el primer Xanadú bajo cuya cúpula dórea danzaban en corro los innumerables placeres, venidos del Alfa, el sacro río que horadaba cuevas inconmensurables para el Hombre.
Y así como lo es… hijo del Absurdo, el Hombre abrió el cofre pandóreo dejando escapar de allí a la carcoma. Dioses y musas huyeron despavoridos… y todo se infectó del óxido de un hambre sin nombre, de un canibalismo urobórico, autofagante.
Cráneos de titanes ahora son los que yacen como piedras, adornaran flanqueado un camino que lleva hacia ninguna parte.
Sí, ¿¿lo escuchas??.. En el aire sólo resuenan los vestigios de los antiguos latidos, borronaduras de otros ecos… Sí, allí hubo una vez erigido un domo, en donde nos abandonábamos al rigor del placer.-
Chane Garcia.
@ChaneGarcia.
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Imagen usada publicada por: @dalleOnlyJesus.