Y como si nada me fui a terminar un año más
Sin salir de mi turno y con los lomos empapados
Párpados cansados y dedos entumecidos.
¿Y me pregunto si esto aún no se ha terminado?
La orilla fecunda está a una mirada nadando
Pero el cuerpo, ¡ay! el cuerpo.
No creo que aguante otra zambullida en aguas profundas.
Los brazos no responden, las piernas tampoco.
La mirada está fijada en el rumbo pero las pestañas se han enmohecido.
Ojos de plomo, lloran petróleo.
¿Estará en esto mi tesoro?
Aún así los trofeos se han amontonado como nunca y parece que es oro, porque brillan…
Pero seguiré observando a ver si no pierden su brillo.
S.O.S…
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Buen interrogante para un excelente poema. Felicidades
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Tu poema es una llamada de socorro.
Ves la orilla, pero no avanzas… Hermosa manera de contarlo.
Un saludo, Rober.
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Gracias estimada @Sinmi. ¡Un fuerte abrazo!
Así mismo estimada @mariaprieto, la vida misma es así a veces. ¡Saludos!
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