Todo así me voy situando al inicio del peligro
de estar vivo corroyéndote despacio
sin descanso ya otro día para el cual no hallo parecido
ni querría mientras dure este fastidio
cuyo acomodo es el que elijo
por entrar en sintonía con los dioses en lo altísimo
de un cielo gris hasta la náusea
que ninguno salvo yo alcanza
en el delirio que les causa hoy el brillo de mi infancia
desmembrada y perseguida en desafío incontestable
a quien lo financia dolorosamente enterrándola
entre tóxicos mierdas con sus lenguas ácidas
haciendo la cuenta de errores pasados
cuanto más asco produzcan los hábitos
después de lo brusca que ha tornarse venganza.
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