Ya no existe el camino antiguo
del lejano sitio que los mapas no omitían.
Allí donde a su vera, una sucesión de sombras
bailaba al compás de las malezas.
Donde el paso elevaba con su canto,
esa tierra seca que en verano se exhalaba.
Y tú, semejante a la niebla, llegas
al radiante encaje de las memorias
que mi vejez esta tarde se puso a hilar.
Risa de uvas, perfume de sol
en tu falda hecha de promesas.
Ya no existe el camino antiguo
que guiaba a mi corazón ilusionado.
Existe, en cambio, el recuerdo puro
de la cosecha, del seco estío,
cuya sed se saciaba ingenuamente
al amparo del parral tornasolado.
Muy nostálgicos y añorados versos, poeta!!!
Maravilla el signo cartográfico dispuesto con énfasis para engancharnos al poema, luego la integración sistématica del paisaje como índice del sujeto, pero el núcleo magnético, la densidad simbólica y lírica para mí viene aquí: «…llegas al radiante encaje que mi vejez está noche se puso a tejer» sentí una abismal profundidad sincrética, en cuanto a significantes, (cualquiera que interpretamos estaría dotado de autonomía), amén del ritmo versal trazado con la isocronía de los vocablos. — Aplaudo.
Me encanta esa melancolía que le imprimes a estos días de finales de verano…
Me he mimetizado en todo el poema y lo comparto plenamente.
En especial, en este bello final…
(Hacía mucho tiempo que no escuchaba la palabra “parral”, me trajo recuerdos de mi tierra…! )
Un saludo, Julia. Me gusta mucho cómo escribes.
Me encanta el ambiente rural, primigenio, casi de clásico madrigal que late en tu poema. Todo muy cerca de la naturaleza. Un cordial saludo.
Muchas gracias por leer. Me alegra mucho que te haya gustado!
¡Qué hermoso análisis! Verdaderamente me dejas sin palabras. Muy agradecida por tu delicadeza, te saludo cordialmente.
Me siento honrada por tu apreciación. Muchas gracias por tomarte un tiempo para leer y dejar tu opinión. Muy buen sábado!!
Pues me alegra que te guste. Está ambientado en las tierras cuyanas de Argentina. Te saludo agradecida,
buen sábado!