Vendetta
Noble de corazón
más no de crianza,
noble por convicción
no por dinero.
Con un futuro hermoso
ante sus ojos
que trocado en infierno
vive empero.
En mazmorra inefable,
joven porte,
ve transformar su rostro
bello y tierno,
en cenicienta, enjuta
faz de muerto.
Más allí en la ultratumba
fiel maestro,
más que amigo, es un padre
quien lo acoge,
y que a pesar
de compartir su encierro,
lo educa y lo convierte
en heredero.
Y al salir,
tesoro en mano ¡y libre!
con el mundo a sus pies,
con lo que quiera,
no es paz sino venganza
lo que anhela
la sangre que en sus venas
late fiera.
Largos años
de mil planes oscuros,
paciencia amarga
con premio al horizonte:
¡Su retorno
con posición de Conde!
Ve caer de una forma cruel
u otra,
a cada artífice
de su calvario hiriente,
con sonrisa
quizás malevolente.
En momento de duda,
inesperado,
enfrentado al amor
de juventud,
alza la voz
en delirante grito:
¡El día que la venganza
hice mi meta
debí arrojar mi alma
en el abismo!
Calmadas ya
las ansias de venganza,
pagados los pecados
de las almas impías,
parte a lejanas tierras,
puede acaso
que encuentre paz
al final de sus días.
-ALDA-
(Con más de 35 años de devoción, dedicado a mi libro favorito “El Conde de Montecristo”)
#PoémameDíaDelLibro