Cuando novel edad, era la mía,
reclamábale: «Mundo no te entiendo,
quizás la matemática comprendo
mas larga noche me demora el día».
La cera de la vela derretía,
vislumbre por teorema iba vendiendo:
con estambre de axioma iba tejiendo
la vela que certeza prometía.
De pronto el cruel chubasco, del profano,
al árbitro del mar puso la barca;
los vientos dirigir, esfuerzo vano:
miré sólo guadaña de la parca.
Fue entonces cuando el manto soberano
con sangre dio visión que todo abarca.
Saludos Lauro, un perfecto soneto en toda regla, acentuación interna que le da al ritmo mucha cadencia, me llama la atención especialmente en los poemas que te he leído, el manejo del lenguaje, al más puro estilo de los clásicos, la simple disposición de las palabras puede entorpecer el ritmo, pero ya veo que lo dominas muy bien.
Felicitaciones
Gracias por tu comentario.
Un salido cordial.
Compañero es brillante tu talento.
Un abrazo.
Agradezco mucho tus palabras marttucca.
Una abrazo.
Muy buen poema. Es un placer leerte.
Saludos, feliz domingo 
Gracias querida Horten, un saludo cordial.