Valerse por sí mismo

Perder la dignidad por un halago
no merece a propósito la pena,
siempre que por hacernos la faena
a tolerar conduce un muy mal trago.

Yo, en un decir, por evitarlo pago
si es que por disfrutar de la verbena,
libre me viese de cualquier cadena
aunque dones no tenga yo de mago.

Ojalá me valiera por sí mismo
sin depender de nadie mientras viva
ni de un amigo próximo a la fosa,

donde cuesta llegar con optimismo
porque mostrándose la muerte esquiva
cuando menos resulta misteriosa.

2 Me gusta