No hay nada más fiel que un buen vaso de vino,
pero lo es sin dudarlo, hasta que se acaba.
Yo pensé que el más fiel era yo conmigo mismo
pero recordé que soy el primero que se escapa.
Y la verdad, no se porqué pensé en el vacío,
pero me desperté y vi que tu ya no estabas.
Ay mi amor, que cuando sueño, sueño contigo,
y que cuando sueño, se me arrugan las sábanas.
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