Uno no se va nunca. Siempre queda
un residuo de angustia, una tristeza
deforme, una caricia, la belleza
de una rosa marchita en la vereda.
Sólo el canto de un pájaro, la seda
de las primeras luces, la pureza
de los primeros rayos, la tibieza
del sol entre la niebla y la alameda.
Me expulsaron del tiempo y de la nada,
más allá de preguntas, a la entrada
de otro paisaje roto, de otro sueño.
Está noche, por fin, he comprendido
que no existe el recuerdo, que he dormido
en otra parte, lejos, sin empeño.
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El comienzo atrapa. Las imágenes luego Vidas paralelas El final Un despertar
¡Excelente leerle! Un gran saludo
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Muchas gracias por tu comentario. Me alegro que te guste. Un saludo.
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Preciado poema que espeja nuestra memoria infinita,en sus formas diversas.Somos un paisaje de luces y sombras…que fuera o dentro titila por siempre jamás.
Me ha gustado mucho.Saludos.
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Que hermoso soneto @Pradoalto, que irradia mi esperanza 
Un gran abrazo.
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Muchas gracias por tu enriquecedor comentario. Un saludo.
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Muchas gracias. Me alegro que te guste. Un saludo.
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Es bueno encontrar respuestas a nuestras preguntas ( a mis preguntas) y converger en pensamientos, sino iguales por lo menos similares, es acogedor y reconfortante y hasta emocionante… tocamos mundos sin saber lo bello del resultado, tus palabras me han tocado y reconfortado, agradezco infinitamente haberlo compartido. Un enorme abrazo rompehuesos y apapacho de oso.
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Gracias por estar siempre y desde este rinconcito del sur, va un fraterno abrazo.
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Muchas gracias por seguir mis letras. Saludos.
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